jueves, 21 de abril de 2011

Ya dije que miráramos las obras y no las promesas.


Analizaré ahora esa clientelización del voto político. Esos votos cautivos que incondicionalmente se adhieren al que ejercita un cargo de poder, o disconforme, se retracta. Pero también: Los dislates del discurso político.

Soy ciudadano, soy cliente del producto/consumo de la “res pública” publicitado. ¿Es el ejercicio “político” un producto que consumimos, que hemos de consumir (curiosamente sin prospecto sobre las condiciones y consecuencias).

El marketing político se construye igual que el producto consumista empresarial, que elabora un “partido político”. Pero el ciudadano debe ejercer su ejercicio en base a la experiencia, y al bagaje de datos que sea capaz de organizar en su reducto de decisión, respecto de uno u otro bando, de cara a decidir por quienes defiendan mejor sus intereses. Precisamente no por lo que les digan sino por lo que verdaderamente le conviene y convendrá.

Hoy sabemos que el partido en el gobierno pagará el precio de las circunstancias que se ha precipitado en este período. Un “valor” fruto de azar que nadie podría pensar, ni imaginar. Y yo me pregunto si el otro partido con opción de gobierno, hubiera gobernado “con estas artimañas y artilugios”, tan denostados por la ahora opositora-oposición, estos que presumen, vaya si presumen: de veraces…, eficientes…., infalibles, omniscientes, omnipotentes (todo lo saben, lo pueden, lo conocen…). Disponen cuales “aladinos-ladinos” de formulas mágicas para resolver cuantos problemas problematizan al gobierno actual reflejo del estado social imperante.

Recuerdo una anécdota personal, cuando hacía Psicología, me había quedado Estadística para septiembre y el profesor advirtió que si una de la preguntas era respondida erróneamente se suspendía irremediablemente el examen, la tal pregunta quedaba dentro de un problema, que después de resolverse cuestionaba: ¿se puede describir la causa de… a partir de la correlación obtenida?, y como el problema salía bordado, “caímos como chinches”, lo veíamos tan claro… y suspendimos una mayoría. Después de acabar el examen nos advirtió: ¡NUNCA, NUNCA de una correlación SE PUEDE CIENTÍFICAMENTE, AFIRMAR QUE UNA VARIABLE, porque sucedan en un determinado momento de espacio-tiempo, afecte a la otra y menos que SEA CAUSA DE LA OTRA y por tanto genere consecuencias… Que dos hechos sucedan en un tiempo/espacio no nos ha de llevar a creer que entre ambas hay implicación, simplemente es azar, están ahí por probabilidad no por causalidad. Esta reflexión previa la expongo ante el argumento del Partido Popular de acusar al actual gobierno de “ser la causa de la hecatombe laboral y económica, después de “soltarla”, matizan… pero es la ponzoña que tratan de inocular, de este modo ellos (igualmente o más, causantes de la especulación, inflación,… causa de la “burbuja”) “quedan limpios”, y cual pirómano se muestran ahora como bombero de la situación actual. Para “apagar este fuego”, ¿qué medidas habrían aplicado?

DECIDME DE LO QUE PRESUMÍS Y OS DIRÉ DE LO QUE CARECÉIS.


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