miércoles, 26 de agosto de 2015

El discurso circediano de Mariano.



La Bruja Circe y su discurso encantado.

Aviso a navegantes aturdidos por el desencanto y la desafección. (revisión, 26-08-15)
(En torno al artículo de opinión de MRB en Faro de Vigo, del 4 de marzo de 1983)

Después de leído dicho artículo, pienso en su estilo de pensamiento, y desde mis conocimientos, aplico el siguiente análisis.

Mariano Rajoy Brey ha llegado donde ha llegado por el arte del disimulo, por el propósito de no molestar a nadie, contemporizando con unos y con otros. Pareciendo, convenciendo de que está contigo, cercano, te comprende; dice estar con la clase media, con los que emprenden, con los que trabajan duro, con la investigación… Está en todas partes y con todos, con Camps y con Bárcenas, con Rita y con Fabras, con Rato y con Aznar… ameniza con todos, aparenta ser del entorno, incluso parece que gana poco, como uno más… Es un Claudio-emperador, con tics gestuales, habla farfullera corregida con los años. ¡Pero el chico, parece de los tuyos!

¡Ah, pero no! es clasista, despiadado, inmisericorde. Las heridas que deja su política en las gentes no le mueven para paliarla. Argumenta y justifica aplicarse por un bien necesario, por la superación de la crisis, crisis ocasionada por tanto despilfarro “social”… Aunque los resultados sean críticos por desiguales, encumbrando mucho a pocos y arruinado totalmente a muchos. Entonces racionaliza y aflora su selección natural: “no somos iguales”. Justifica que los ricos lo son por capacidad… capacidad inmoral para consentir y aplicar la explotación laboral y humana.

Trajinaba, ya hace años, la contabilidad opaca, como las tarjetas, mientras hablaban de transparencia… Su gobierno demuestra aplicar un discurso que no es semántico con el entender llano… Realmente usan un discurso capcioso, con doble intencionalidad, una la expresa, la otra soterrada. Utilizan un discurso “encantado” que embauca a los “desconcertados y aturdidos”

Retrotrayéndome a 1983, entonces Mariano tendría 28 años, ya está situado, es registrador de la propiedad, pertenece a una estirpe-casta económica, el dinero le entra como si nada, y cual terrateniente o senador romano se dedica a la política, en el sentido literal, al neg-ocio. Es ya diputado por su comunidad y goza de padrinazgo. Es un chico bueno en el sentido aparente de la palabra. Pero quiere llamar la atención en el terreno público, darse a conocer, y lanza su soflama.

Decir, aporta poco. Un solo libro le vale para sostener su pensamiento. Lo recubre de una ciencia farragosa imprecisa, pero en la que quiere improntar enjundia y saber. Como si la vida solo admitiera un estilo de existir, acapara el pensar “de los del siglo VI” antes de Cristo. Con arrebato apodíctico, y saltándose toda la corriente humanista del Renacimiento, la Reforma luterana y la Contrarreforma católica, el Enciclopedismo y la Ilustración, las revoluciones e independencias en países punteros, y el propio mercantilismo. Se coge a Mendel -y podía haber tomado también a Darwin- para pontificar, que como guisantes perpetuamos no solo la biología sino la frenología.

Inviste de dogma una pseudociencia que pretende legitimar la supremacía de unos hombres-estirpe frente a otros… De esto ya han pasado 32 años. Las personas inteligentes evolucionan porque son capaces de aprender, y del aprendizaje, recomponer los argumentos y criterios que rigen su comportar. El pensamiento humano evoluciona a lo largo de la historia, pero también regresiona. Considerar que el pensamiento humano no compendia la integración de las experiencias de todos los pueblos es una ofensa a la propia inteligencia. Simples son sus consideraciones, pero “concluyentes” para su propósito.

Además, también podemos observar que su estilo de pensamiento no parece haber evolucionado. Sus premisas y postulados se mantienen inalterables hasta ahora: existe, por naturaleza, gente competente e incompetente. “Ellos”, incluido su Partido, responden como la supremacía de la élite… Si hay pobres no es por la injusticia sino por su incompetencia, si maldad, lo es por degeneración,…    Ellos son “elegidos”, no son corruptos, son inalterables, están llamados a mantener las esencias patrias…   Porque la “igualdad” descafeína, adocena, nos recluye “iguales en la miseria”, “relaja a cotas mínimas a los capaces y emprendedores” (por eso él y sus hermanos fueron hechos funcionarios, que según el modelo liberal que lideran, son nefastos)

En fin, logra hacer un discurso “políticamente correcto” de “regresión”, amoldado a su auditorio… Un auditorio que hoy goza de su agrado, porque domina ese discurso ambiguo, ese congraciamiento de tópicos, ese antigregarismo de quienes muertos de hambre huyeran de la penuria. No quieren ser como su vecino y quieren ser más, y entonces trepan y emulan formas camaleónicas para parecer lo que no son, revistiéndose de triunfadores… ¿De dónde surgen entonces esos votos que sustentan su gobierno? ¿De los muchos apoltronados y acobardados, confusos e indecisos?

Mariano es lacayo de jefes. Lo fue de Franco, lo fue de Fraga y ahora de Merkel. Él no tiene ideas, las toma de los que mandan, y cual cangrejo ermitaño se amolda al cascaron de la caracola de turno. Pero sabe una cosa: parecer que es de los nuestros, que está a nuestro lado, que nos comprende, que hay que bajar impuestos, aunque luego los suba, que los servicios públicos sean de calidad mientras que siegan sus fuentes de financiación… Las retribuciones, moderadas, mientras sus cargos las revientan con sueldos desmedidos y pensiones vitalicias…

En fin, por más, Rajoy es la Bruja Circe, y mientras que no le desenmascaremos seguirá convirtiéndonos en cerdos para que hocemos los suelos y proporcionemos suculentos jamones a otros, los mejores, los aristócratas de las finanzas y mercadeos. ¡Que es un farsante!, de tomo y lomo, pero creído por sus votantes.
Y añadiré algo más:

Versionar una construcción gnoseológica de la mente humana al campo social, ya lo inició Michel Foucault; de aquí que voy a tomar el pensamiento de Eric Berne y su interpretación de la dinámica que mantenemos mediante los “juegos psicológicos”, donde las “estructuras emocionales padre-adulto-niño” condicionan el comportamiento social e interactivo de cada uno de nosotros. De las estrategias de juego de estas estructuras de interactividad con nosotros mismos y con nuestro entorno afloran pautas saludables o dañinas, para uno mismo y para los demás.

El estilo “padre-niño” es un estilo excluyente y dependiente. De ese resultado “inmovilista” de: “¡Niño! Comerás huevos, cuando seas padre, ¡MIENTRAS, NO!” ¿QUÉ ES ESO, QUE UN PARIA SE CONSIDERE IGUAL A UN PROHOMBRE, HIJO DE UNA ESTIRPE DE ABOLENGO… ¡MAL ENCAMINAMOS UNA SOCIEDAD QUE SE FRACTURA EN CASTAS Y COMPARTIMENTOS “DESIGUALES”… -Como se mantienen entre las Autonomías de la Comunidades “históricas” y las “administrativas”-… aquí desaparece el principio de igualdad que DICTA: cada ser humano responde de sus actos por sí y nunca será “discriminado por razón de nacimiento, poder económico,… “. VEMOS QUE NO HAY IGUALDAD, NI EQUILIBRIO, SINO DIFERENCIACIÓN Y SELECCIÓN… y estos esquemas nunca han reforzado una sociedad… porque si tan buenos eran los “buenos”, ¿por qué el pueblo ha tenido que poner su hacienda para avalar la deuda “pública” bancaria y estamental? Y, ¿Por qué se incrementa cada vez más esa deuda soberana que hemos tenido que respaldar estampándola con la propia Constitución?


lunes, 10 de agosto de 2015

los discursos aprendidos

Los discursos aprendidos

Saber hablar… saber comunicar,… pero sobretodo saber transferir las propias experiencia y creencias, de conciencia a conciencia –corazón e inteligencia-.

Todos los “instruidos” podemos montar un discurso; ¿qué menos que “saber hablar en público”?,… esa elocuencia es señal de acceso a lo “culto” y se presta a ceremonias… y rendir pleitesía al culto de la jerarquía, salvando las circunstancias con “saber tomar la palabra” y ejercer ese protagonismo que distingue.

Volviendo al tema, el discurso, -no el de Descartes, ¡claro!- sino ese que todos tenemos para transferir opinión, cuando cabe. Construimos nuestros discursos por imitación de modelos, pero en cuanto que solo “aplicamos” las formas y la repetición, sin análisis ni crítica… mimetizamos opiniones, al gusto y acomodo del entorno. Todo, porque aprendimos “EDUCADAMENTE” a repetir los discurso al hilo del profesor, director, o mandamás del “circulo de poder” donde nos desenvolviéramos.

El sistema franquista nos castigó hasta anular nuestra indómita rebeldía, primero mediante la guerra, instaurando brutalmente el “programa de modificación de conducta colectiva”. Luego durante los 34 años y 204 días de la dictadura, manteniendo el programa de “sobrecorrección”; y actualmente se nos mantiene… El anterior era expeditivo y coercitivo, ahora ya sugestivo, porque nosotros mismo nos aplicamos el programa instaurado, de tal modo que adocenados, nos consideramos “de bien” si conformamos nuestro pensar al de aquellos que nos explotan y cual síndrome de Estocolmo dependemos emocionalmente de nuestros opresores. (¿cómo explicar esa bolsa abundante de votos esclavos del Partido Popular, heredero de la dictadura?)

Y con la sugestión hemos topado… nos abastecemos de un talante conservador donde no queremos perder lo poco que nos queda…   porque dado que la dignidad ya nos la quitaron, y sin dignidad nos arrastramos, vamos conservando nuestras miserias e inmundicias… creyéndonos que conservamos algo.


Si conservamos algo, es una enorme deuda soberana, una cadena tan pesada que ni Atlas soportara, ni Sísifo resistiera. Pero cual mantra nos repetimos, soy esclavo de mi señor, da lo mismo quien me mande. Y a honra lo proclamamos siempre que votamos, y elegimos a los mismos que nos esclavizan.