domingo, 6 de septiembre de 2015

sin relevancia, ¿el huevo o la gallina?: los comienzos.


Hay quienes quieren entender la vida como un guión, que nosotros actores desarrollamos. Y cual obra dramática, ya comedia, drama o tragedia, nuestra condición de actores nos "determina" a su desarrollo, que como "buen profesional" y aunque según el reparto, a unos el papel de protagonista y otros, de secundarios... cada cual interpreta.

Mi convencimiento va en disentir –por discutir-, de lo "preestablecido", y cierto es, que la genética me predispone... también donde vivo, duermo o como, y con quien... Cierto si fuera, que si es un "papel" mi vida, no debo de ser pretencioso y ufano ya que, no es mérito el mío porque me fue dado. En fin sea ganado u otorgado, es cosa que por mi ejecutado, y de este hacer, por mi conciencia e inteligencia, acierto y error, por convicción y honor, voy respondiendo lo mejor que sé y puedo desarrollarlo.

Ahora tengo, de años, 59, así que en lontananza ya empiezo a mirar las cosas desde una perspectiva distante... Nací un día 11 del mes 5º, de un año contado conforme a un modo del que resulta transcurrido, entonces, 1956 las veces... las translaciones o circunvoluciones de este planeta a su estrella.

En fin, pudiera ser que de igual modo o manera que existen unos caminos u órbitas para los astros, quizás algo mantenga el equilibrio en este conglomerado de humanos, y en dependencia con ellos, también me determine y limite... Pero entonces, ¿si estamos preestablecidos, en qué juega su juego nuestra libertad, puesto que nuestros actos son o lo fueran de un autómata preprogramado? 

Y de las leyes cósmicas y naturales como incendios devastadores o tsunamis, inundaciones, terremotos, plagas y sequías... Desgracias que sólo buscan el reequilibrio con el que reposicionar un orden que supera nuestras mentes y en el que nuestras decisiones, esfuerzos, proyectos sufren naturalmente revuelcos para que, siempre, la naturaleza siga el curso natural, su "órbita" en algún momento establecida.

Siendo pues la acción humana ajena a sus propias decisiones y deseos, una alternativa más en las opciones de los eventos naturales, entonces, ¿si mi conducta, fuera la más noble o malvada?, en nada influyera en el devenir de los aconteceres de este Cosmos reglado frente a un Caos demolíente. ¿Hubiera, entonces un Quién que al iniciarlo lo diseñara, o sólo el azar y el consiguiente equilibrio de fuerzas " gravitacionales" -o si es esta misma organización de la energía la propia ley en si (que a su gusto un ser)- lo estableciera?

Entiéndome por tanto que si aceptara ser resultado de un destino o guión establecido, mi libertad poco importa y así mismo, cual molécula en este magma de la naturaleza, también en su dinamia sumergido y a su destino, destinado. No por tanto por mis decisiones,  voluntad y hechos, sino por otras reglas, cauces, fuerzas, órbitas, sinergias, derivado.

Las explicaciones inexplicables, las teorías y elaboraciones, religiones y confesiones... Olvidan la regla básica... Ni la influencia de los astros nos "determinan" porque existimos como moléculas de elementos previos, conformando unas veces vapor o líquido, dando apariencia a  fluido o a sólido, ya grano de sílice en roca o arena y si ésta, suspendida en el aire o revuelta en el río o en el mar.  Somos transformación, no decisión.


Y todo esto para terminar diciendo lo ya expresado hace 2.500 años, 25 siglos, cuatro antes de nuestra Era, o referencia cronológica, por Heráclito de Éfeso, un griego que obtuvo la reflexión mirando el continuo del flujo de un río de su Jonia natal.