martes, 27 de octubre de 2020

las ideologías como filtros de sensación e interpretación

 

 

 

Partamos del presupuesto que todos usamos una ideología que actúa como lente mediante la cual percibimos la realidad. Esta ideología se constituye y organiza como taxonomía de valores en función de nuestros intereses personales y colectivos (porque el colectivo -tribu, casta, clase, familia- modula, acuña y troquela al individuo en sus primeros momentos) en la misma “estructura social” en la que estamos/quedamos inmersos.

 

Vivimos, actuamos mediante una ideología, esquema de valores y principios individuales y colectivos, genuinos* y aprendidos (* todos partimos de un estilo perceptivo de selección y modo de operar. Este estilo forma parte del modo de resolver posterior, es innato, aunque también bruñido por las experiencias primeras y primarias)

 

Así, primera consideración: todos usamos una ideología:

 

Ésta está construida a partir de la propia, con otra que es cultural-social (ésta viene a ser la que generalizadamente conocemos como ideología, este tipo de, se construye sobre experiencias colectivas interpretadas-justificadas para legitimar posicionamientos sociales … por ello, una ideología no es creencia sino vivencia ya que se manifiesta como ESTILO DE VIDA)

 

Hasta la fecha, venimos explorando por parte de la sociedad occidental, cómo vivir sin ideología, sin “superestructura” después de haber vivido inmersos en ellas “desde siempre”. Desde nuestra actual consciencia y consiguiente “mentalización científica” (siempre que dispongamos de una consciencia fundada en valores comprometidos), vamos construyendo una nueva etiología de la desintoxicación ideológica tradicional… mediante el proceso de observar, analizar, contrastar tomando-tratando, de igual a igual, con la naturaleza, del modo más aséptico y limpio para no interferir y alterarla.

 

Por ello, segunda consideración: todos debemos desideologizarnos:

 

Pero como comienzo apenas podemos ofrecer un camino claro, además que se anda con la carga adherida de dónde venimos y fuimos… por ello pretendiendo desideologizarnos, aún portamos constructos mentales del pasado. Esto nos ocurre en todos los aspectos de nuestra existencia personal y social. Si bien buscamos una relación “limpia”, nada tóxica ni infectada, en realidad, resulta ser una cuestión muy a tener en cuenta y considerar en nuestras decisiones y actuaciones.  PRETENDEMOS LA NO IDEOLOGÍA PARA MIRAR E INTERPRETAR A LA NATURALEZA DEL MODO MÁS NATURAL, INHERENTE A ELLA, Y NO COMO NOSOTROS LA HEMOS VENIDO INTERPRETANDO ENTENDIENDO Y TRATANDO.

 

Aún hoy las ideologías supremacistas –excluyentes por intolerantes- escondidas en sistemas de creencias religiosas y/o políticas de gobiernos teocráticos y seudodemocráticos -ya que unos en base a la justificación que les da, detentan el poder en grupos sociales más o menos numerosos que intentan legitimizarse a su acomodo y conveniencia aunando y así mismo anulando, cultura y creencias.

 

 

 

Las religiones son la fuente de las ideologías, siempre lo han sido pues desde las conciencias y a las conciencias van, así como que actúan sobre los mismos estamentos sociales fraguando sus lazos y enlaces. Es fuente, pero no se iguala ni identifica a ellas… las ideologías actúan en el raciocinio mientras que las religiones atrapan y anidan en esferas emocionales profundas y soterradas. Conjugan lo irracional y lo racional.

 

[A través de la poesía, la mística y de la mística al éxtasis, al trance… experiencias profundas a niveles más profundos de la existencia … es como las personas podemos acceder* a esos niveles y estadios donde el ser humano puede lograr un grado de depuración y simplificación …]

 

*un acceso que si es individual a través del pacto social mediante el cual lograr un acuerdo de tolerancia y respeto mutuo.