miércoles, 9 de diciembre de 2009

¿Quién es aquí el verdugo?

¿Quién es aquí el verdugo?, pobres Neira-Puerta-Santander, cada uno atado por su propia cuerda.

No pretendo juzgar a aquellas personas que circunstancialmente participan en la “escena del crimen”. Paso de discernir quién es el bueno y quién el malo, porque estas categorías son circunstanciales; según convengan.

Ya expuse mis pensamientos respecto a este “escenario”. En aquel momento mis criterios reclamaban el advenimiento de un juicio que dilucidara los hilos de la trama de esta urdimbre. Sorprendido por el silencio, me vengo a enterar que del 12 al 20 de noviembre se trató el juicio: en el 12 arrancó y en una semana (el día 20) saltó la sentencia. Aunque no hubo denuncia, parece que lo juzgado es la “paliza que AP diera a VS” de aquí la sentencia de …; luego quedará por ver el “nudo” del “conflicto”, causa de la “exaltación/entronización a los altares” del insigne profesor “SALVADOR NIERA NI ES”.

Se ha dado una solución “acomodada” a las circunstancias convenidas.
Me alegro que la justicia sea diligente, pero parecen que las fechas encajan con demasiada “pulcritud”, movida por una mano, para “cuando el profesor Jesús Neiva saliera del hospital… con el cargo bajo el brazo”. De este modo la Sra. Aguirre compra el “propósito de reclamar al afectado la negligencia que dos hospitales (de su gestión) ejercieran sobre su persona”. Esta jugada “enroca” al afectado, quien sabiéndose sujeto de medicación con anticoagulantes, no debe exponerse (por prescripción facultativa anterior) al riesgo de sufrir golpes, caídas… y él se sobreexpuso. Y si el afectado no reclama, los dos hospitales “de Aguirre” pasan de rositas. (y es que los golpes que le propinara el “condenado” no pudieron ser tan “bestia” “per se” ya que J.N. se levanta al momento, acude a un primer hospital, irá al día siguiente a la comisaría, “pasará” por un segundo hospital y al cuarto día es cuando entra en coma (coágulos...). No pueden ocultarse los efectos del Zintrón, más la impericia de unos médicos “de puertas” que no supieron valorar el riesgo de este ENFERMO.

No sé, tengo la sensación de estar ante un guión cinematográfico, demasiado artificial, tras el 20, de sentencia, el 30 de excelencia (nombramiento) y ya desde el 3 de diciembre anda presidiendo el Consejo Asesor, un modo de cobrar la indemnización que le correspondiese sin manchar la “hacienda” de su patrocinadora… eso que se dice, “los trapos se lavan en casa”.

Violeta y Antonio al final quedan como meros instrumentos, usados y desechados. Y del alboroto mediático de hace un año, este silencio mudo de cohechos.