jueves, 15 de abril de 2010

la lectura como el oxigeno, como el alimento


En relación con el día del libro -que será el 23- respondo a esta celebración, no por la eclosión de ventas de determinados productos en soporte bibliográfico, sino por lo que estos "documentos" son capaces de transmitir, SI QUIENES LOS "CONSUMIMOS" SOMOS CAPACES DE DIGERIRLOS, Y POR LA ASIMILACIÓN, NOS NUTRAN Y NOS "TRANSFORMEN", de tal modo que absorbamos aquellas experiencias positivas de otros y por ello nos enriquezcamos.

Por ello abogo que la lectura sea plural, en diferentes campos, y no "unicorde". La buena alimentación reclama el equilibrio por la ingesta proporcionada de la variedad de nutrientes, en función de las necesidades calóricas, y en sintonía al tipo de actividad que desempeñamos. Así la lectura.

Hoy me valdré de Arturo Pérez Reverte de quien he localizado una entrevista y de la que extraigo una porción de sus palabras, las cuales guardan relación con la atmósfera de El Asedio, su último libro, que se desarrolla en la Cádiz Constituyente del 1810...

Hago mía sus palabras cuando confiesa "Me duele sobretodo la estupidez y la ignorancia... cuando ambas se alían, el resultado es terrible"; "a más incultura, más fácil resulta dejarse llevar... este acriticismo del español es lamentable". "...a España le faltó una revolución de ideas... aún pagamos el precio de haber tenido unos reyes incapaces, unos curas fanáticos y unos políticos corruptos".

Estas palabras no hacen referencia a aquellos años, desgraciadamente es una reflexión sobre la situación actual como realidad consecuente de un pasado -pesado- que lastra nuestro presente.

La hoja de la guillotina la sustituimos por el filo de la educación al confiar que "a la gente hay que salvarla una a una, no colectivamente". Esta educación desarrollada mediante un estilo personalizado y adaptado a cada individuo en su contexto; y considerando que los contextos han de ser abiertos y plurales que permitan adaptarse a las previsibles, o no, demandas futuras.

El mero hecho de la lectura es siempre una reflexión, por que vivimos nuestra realidad al par que hacemos compatibles, en nuestro interior, las vicisitudes y experiencias que se nos trasmiten; compatibilizando "aquellas " con las nuestras, y así aumentándolas. En este mundo es donde guardo la última esperanza, si no consiguiéramos transformar nuestro sistema educativo al menos salvemos el interés de la sociedad por la lectura.