sábado, 19 de abril de 2014

Y tú y yo, ¿qué entendemos de las cosas?

Reflexiones y consideraciones:

Y tú y yo, ¿qué entendemos de las cosas?

Educación es algo más que provisión de conocimientos,
es saber ser, saber estar.

Todo nuestro esfuerzo como docentes se centra y vuelca en hacer que los alumnos absorban un compendio estipulado de "conocimientos", por los gobiernos de determinadas sociedades, y moldeados y modulados para un determinado fin, social y económico. Pero no tanto humanista y potenciador del desarrollo personal del individuo.

La educación actual es un simple entretenimiento, y recogimiento de la masa juvenil en espacios adoctrinadores... No sólo de ideas, sino de actitudes, y sobretodo autoconcepto... Sobre si vales o no vales... Y si no vales... Si Es legítimo que se te excluya y deseche de tu condición de ciudadano cual paria. No te lo dirán... simplemente, lo harán.

Y puesto que es el uso funcional de la Educación el prevalente,  dado que existe "consuetudinariamente",  esta intención en trabajar tan sólo las capacidades "técnicas", debiéramos tendenciarlo no al aspecto alienante sino concientizador. (Una educación en valores democráticos y para la convivencia participativa, dentro del clima de solidaridad y competitividad, cual carrera de relevos, porque no son excluyentes) Podemos innovar, competir, arriesgar dentro de una labor de conjunto y de equipo. Son herramientas, y podemos ser redistributivos. Competir no es destruir al adversario, sino un modo de estimular la convergencia de nuestros proyectos comunes.

Un matiz: En todo acto educativo hay una "niebla o sombra" que demuestra que no somos nunca asépticos. Las desiguales clases sociales, no tanto económicas, que si, sino por esos influyentes-prepotentes parásitos que viven de la política y de los cargos públicos y que mangonean y ningunean, al resto, creyéndose extraordinarios y sobresalientes. Esa niebla produce también un halo machista en clasificar o explicar los propios hechos naturales o científicos. Es obvio por ejemplo, que denominar a un gameto femenino "X" es como desprestigiarle, indiferenciarle e ignorarle, y al gameto masculino con la "Y", una y copulativa -por lo de conjunción copulativa, como si fuera el único copulante. (cuando la razón es más descriptiva de la morfología del cromosoma femenino y en el caso de la y es de una X amputada, seccionada en uno de sus alelos... Y aunque sea así nos lo cuentan de aquella manera.

Viene al caso, también recordar como en la representación de las funciones matemáticas volvemos a servirnos del carácter X para describir a la "variable independiente", y a la "incógnita" Y como la "variable dependiente". En este caso se torna el razonamiento anterior. En este caso, si asociamos a “X” con “fémina” resulta ser cierto esa lectura interpretativa, que “X dispone e Y acata, asume y depende... de X” Observamos que estas letras hacen lo que esas estatuas en edificios clásicos, que con formas de hombres -atlantes- o mujeres -cariátides-, asumen la propia función de pilar o columna... Aparentan ser una cosa pero realizan otra. Queda claro que una cosa es la función y otra la representación, y en la representación, la interpretación de lo representado. Y tú y yo ¿qué entendemos de las cosas?