miércoles, 23 de julio de 2014

EDUCACIÓN: Dejadme con la honradez y el sentido común; con mucho valor y convicción.

LO QUE DICEN DAR Y LO QUE EN REALIDAD PRODUCEN

En la vida, cada uno de nosotros nos hemos ido haciendo con “referentes comportamentales”, eso que algunas veces denominamos “educación”: pautas de conductas personales e interpersonales.  Y sin apelar a connotaciones “clasificatorias” convencionales y confesionales, sí admitir que la “educación” y la “moral” van de la mano… (si bien no son lo mismo)

No es preciso ni necesario disponer de un enorme catálogo taxonómico de comportamientos. Tan sólo una moral de “reciprocidad”, de tratar al otro como te gustara ser tratado. Esto es empatía, pura “figuración” afianzada en el aprendizaje observacional en relación a las consecuencias de las acciones de las que somos testigos o artífices.

Centrándonos en la vida y costumbres de nuestros ciudadanos, miremos a estos que presumen de asistir a afamados colegios, de pertenecer a excelentes y esforzadas castas/familias selectas. Estos precisamente que desprecian y arrollan a los “educados” en las hacinadas escuelas y universidades públicas.

Pues sí, estos “educados cívicos” son los que a sus conciudadanos tratan como a animales, explotándolos, despreciándolos… ¡A éstos, pues, pido “educación” y “reciprocidad” ¡NO POR LO QUE DICEN DAR, SINO POR LO QUE EN REALIDAD PRODUCEN!


Por tanto no vengáis más a presumir y a lucir vuestros inflados títulos, bien pagados, con dineros o favores. A venderme cátedras o eméritos puestos de oposiciones amañadas. Dejadme con la honradez y el sentido común; con estos dos pilares y mucho valor y convicción, cualquier mortal monta su trono o su altar, y así rendir cuentas a la sociedad y a la eternidad.