jueves, 21 de mayo de 2009

EDUCACIÓN Y "MARCOS" REFERENCIALES


Sobre el diálogo de civilizaciones. Dia-logo, palabra entre dos.
Siempre se dice que el diálogo a nivel verbal es superficial, por ello, cuando hablamos de diálogo, pasamos de las palabras a los conceptos, los valores, los contextos. Las experiencias, las creencias y, de éstas, las colectivas y las personales. Todos elaboramos nuestras percepciones y atribuciones a partir de las experiencias más íntimas y personales, y éstas se engarzan en nuestra propia genética, en nuestra predisposición “natural”, nuestros instintos y ambiciones, (nuestros “sentimientos” e “intuiciones”).

Pero a esta parte natural hemos de añadir una porción “artificial”. De siempre, al estudiar la Historia –occidental- se nos ha hecho hincapié en dos polos muy distintos: “el mundo occidental y el mundo oriental”, mundos separados por unos conceptos y principios irreconciliables y antagónicos.
La solución o desenlace de las Guerras Médicas, hacia el siglo IV antes de Cristo, permitió que aflorara la filosofía griega y a partir de ésta la romana, y de éstas la medieval en occidente, de tal modo que no nos es posible reconocernos sin unos referentes y valores, “los nuestros”, que nos aglutinan como “inconsciente colectivo” (si aceptamos este constructo de Jung) y que como unas “feromonas” nos atrae o repele a unos y de otros. (Si, en un momento dije “poéticamente” en “el aroma de las palabras” que estos artilugios sonoros que usamos vienen a sustituir al efecto de las glándulas odoríferas, de los aromas entre, con los que emitimos señales de comunicación “sensorial”, que a veces “corrige” los propios mensajes intelectuales. (Psiquiatras, lingüistas, coinciden en describir que la comunicación, que el mensaje emitido, no es unipolar sino que requiere el análisis de distintos registros, que juntos “transmiten”.))
Es como si los mensajes intelectuales estuvieran elaborado bajos registros diferenciados y por tanto han de ser transformados para que los significados que se pretenden transmitir se puedan ensamblar. De cuanto aprendemos tenemos que analizar, pero siendo conscientes que el verdadero saber es síntesis y descripción de relaciones e interferencias, y de aquí la sincronía y armonía.
Las palabras evocan a los referentes internos del oyente. Resulta que lo que oímos son estímulos condicionados. Los “sonidos” no importan sino por los significados que adquieren relevancia para el receptor.

Hace ya bastantes años, cuando me relacionara con ciudadanos del Oriente Medio (libaneses, palestinos, jordanos, … ) que por razón de estudio, disponían de becas-convenios de formación de sus países con el nuestro. Recuerdo que en los temas de conversación –yo estudiaba Psicología- me daban “opiniones” no personales, sino colectivas, el conductismo era asumido, mientras que el Psicoanálisis, lo mismo que el Marxismo, eran rechazados como contrarios al Corán. Aquellas dos teorías “tan discutidas y sugerentes de conversaciones” en aquellos ambientes intelectuales de los 80, eran clausuradas, tanto por los sufíes-sunníes como chiíes, si bien predominaban los primeros.

Socialmente se producía tolerancia, -no se inmiscuían en las creencias…- sin embargo las creencias flotaban en esta intercomunicación relacional. (tolerancia hay cuando no existen interferencias entre nuestras practicas, costumbres, modos de actuar… Nosotros tenemos nuestras convicciones, relacionadas con tipos de comidas, modos de cocinarlas… porque nuestra sociedad hoy está abierta y receptiva a probar el exotismos de los “artículos de consumo”) y lo que no está dispuesta una sociedad es a asumir referentes de identidad distintos a los propios. En este asunto nos mostramos muy nacionalistas. Reivindicamos nuestras instituciones “patrias” nuestras tradiciones y nuestras “buenas costumbres”. Aquí se rompe el dialogo. Cuando las partes no intercambian los “productos” “culturales”, porque pasan a la categoría de “patrimoniales” y el patrimonio es otra cosa...

Cuando el simple pollo ha sido matado de esta u otra manera, cuando el “valor” de una persona de sexo mujer es cotizado a la mitad de si es hombre. Cuando los más extremos, niegan el derecho a la educación y promoción por ser mujer. Cuando en una simple realización de una relación sexual se reconoce que la mujer tiene dos agujeros, uno para tener hijos y otro para no tenerlos, quedando como meras hembras-satisfactoras, supeditadas al disfrute del macho tanto en progenie como en orgasmos, cuando ellas son lapidadas por disponer de relaciones extramatrimoniales, mientras ellos no,… necesitamos algo más que suras para organizar nuestra convivencia civil de ciudadanos.

Es más, prácticamente parece que teman a la mujer, al potencial femenino, cuando no se le deja que adquiera en igualdad los mismos recursos que los hombres. No es la religión, aunque los “ortodoxos” escondan sus razones ocultas detrás de los textos sagrados, y ya se encargan desde la hermenéutica y la exégesis de los textos sagrados, de custodiar el dogma –que interese-.

Hace falta mucho diálogo, mucha racionalidad, porque incluso después de estudios antropológicos, válganos el clásico de “Vacas, cerdos, guerras y brujas, los enigmas de la cultura” de Marvin Harris, para obtener comprensión de ciertos “iconos” religiosos, no observo acuerdos de superación de los procesos de convivencia y tolerancia. El “mundo occidental” ha intelectualizado en algún grado el fenómeno religioso y los trata con cierta distancia, sin embargo el “mundo oriental” se vale de concepciones epistemológicas “religiosas” para “defenderse” del occidental-imperialista. Las reticencias son muy abundantes y frondosas, tan enmarañadas que ni ellos ni nosotros encontramos posiciones neutras sobre las que empezar, los velos, los ramadanes, las circuncisiones es lo de menos. Lo importante está en las “cabezas y en los corazones”.

Y por estos campos se esfuerzan algunos en buscar soluciones, cómo montar un discurso con el que desmontar los argumentos del adversario. En estos menesteres fueron Maestros los Jesuitas (Compañía de Jesús), ahora desde las universidades estadounidenses se intenta desarrollar modelos actuales y eficientes para este propósito. La Psicolingüística es, parece, la herramienta. De los que la trabajan, un experto resulta ser George Laskoff, quien con obras como “No pienses en un elefante”, monta su pensamiento práctico de cómo funcionan las cabezas de los electores. Y de igual modo que un fotógrafo concibe o define la belleza en el esqueleto, este autor concibe las inclinaciones del voto, en “marcos”, estructuras fijas del pensamiento sobre los que cada persona organiza sus sentimientos, y éstos sobre valores y expectativas.

Sin olvidar el contenido de este pensamiento de autor desconocido y citado por varios círculos de gobiernos, “la paz no es la ausencia de conflictos, sino la práctica de la justicia”, y entramos en otros debates, quiénes son objetos y sujetos de justicia,…

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