domingo, 9 de diciembre de 2012

la educación y la inteligencia

La educación como apropiación de competencias resolutivas, no por la imposición, ni la obligación, sino por la motivación. Esto por parte de los individuos, ¿y por parte de las instituciones gubernamentales?

De nada me vale la "programación docente" si mis alumnos no se sienten motivados y la motivación al igual que la "imitación de modelos" tiene que ser sentida-vivida por el alumno "como algo próximo" y asequible-semejante-parecido a él. De ahí que la dificultad a superar ha de encontrarse muy próxima a su "nivel de desarrollo consolidado o competencial". 

Pero hay algo más a la motivación, y es la CAPACIDAD DE ESFUERZO, la capacidad de "concentración de sus competencias físicas y mentales" hacia ese "centro de resolución". Me interesa "tener a la tropa con la moral alta" pero no sólo cuenta la "moral" también han de estar "entrenados-ejercitados-dispuestos". En este proceso más que la "sobrecorrección externa" importa la AUTOCORRECCIÓN ya que esta capacidad, dentro del proceso de "igualación con el modelo" es el cauce; aparte de la reiteración hasta la ejecución sin error.

La vida, la sociedad, se asemeja a los "laberintos de los pasatiempos", a menudo el cauce/decisión tomada es "bloqueada" y tenemos que AUTOCORREGIR siendo nosotros mismos conscientes de aquellos "pasos dados que nos han llevado al lugar equivocado". Es inteligencia la capacidad de AUTOCORREGIR, no tanto no cometer errores, sino de no volverlos a repetir (es un ejercicio de optimización de resultados).

Todos nos equivocamos, (no nos estigmaticemos mentalmente como torpes) y hemos de educar en esta trama, sin ridiculizar errores, sino incentivando las soluciones próximas, para superar las dificultades que cada cual tenemos.
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Los tests de inteligencia, precisamente no miden la inteligencia, porque sencillamente no sabemos lo que "ella" es. Conocemos sus productos, y son estos productos los que medimos en un tiempo. Más que medir, "comparamos". La unidad de medida son los "items del propio test" y dentro de los resultados del test, en la población aplicada, comparamos los resultados de un sujeto con los de otro. Y así nos atrevemos a "diagnosticar" que tal individuo es más inteligente que otro; nada más porque obtuvo mejor "resultado" en la prueba. Sí es cierto que valen para DISCRIMINAR-DIFERENCIAR, ¡YA ESTÁ! no valen para nada más. Y no nos soluciona el asunto de la enseñanza-aprendizaje del día a día. Los tests de inteligencia son "antipedagógicos" porque al "justificar" la "incapacidad" se renuncia a buscar otras alternativas. La personalización e individualización pedagógica y didáctica es entendida como "segmentación y decantación" de la "normalidad", y por tanto como algo diferenciado y apartado de lo común.

Las instituciones gubernamentales intentan "resolver y legitimar" las clasificaciones selectivas, donde parecer ser que solo unos pocos pueden disfrutar de los beneficios de una "buena educación". Entender la Educación como apropiación de competencias resolutivas, planteadas en un momento y lugar, en una especie de "juego del pañuelo" donde dos grupos equidistantes compiten por arrebatar un pañuelo al "items" de un "número idéntico contrincante"  asignado a cada miembro de cada grupo; el más "rápido" ¡gana! Y es que como "juego" vale, y ¡ya está! ¡no nos engañemos!, ¡no nos soluciona el problema!

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