viernes, 19 de febrero de 2010

¿"quo vadis" EDUCACIÓN?

Triste, terriblemente triste. Vergonzante, humillante. Todo un primer ministro -para otros estados- o presidente de nuestro gobierno (no actual pero sí fiscal) perdiendo el temple por una veintena de estudiantes, y eso que iba escoltado y protegido. Recuerdo que el Sr. consorte de la CarlaBruni, muy de la Francia presidente, tuvo un desliz, con un agricultor... pero para recordar y comparar se me viene el vocabulario, no gestual como en este caso, del "chúpamela" de Maradona. Prácticamente a la misma altura se me quedan los dos.

Tristemente me quedo con la afirmación que se hace en el diario brasileño "O GLOBO", "el ex-mandatario español está "perdiendo la cabeza" al dedicar un "gesto obsceno" a un grupo de estudiantes". ¿No estará dando síntomas de... ? Ciertamente ¿estará padeciendo los inicios de... ?, me lo pregunto.

Aparte "de lo que dice", está en la vida social que no se halla, una petulancia, que si bien siempre le ha caracterizado, ahora queda como "el perro del hortelano, que ni come ni deja comer". ¿No puso él mismo al Sr. Mariano Rajoy, ¿a qué, que ande dando campanazos, "minándole su papel y su hacer"?

Como expresión valga, como educación, baja (y desmedida para el "auditorio que se trataba).

Y sobretodo lamento profundamente que el país, no otro sino el nuestro, haya estado en sus manos.

¿Dónde quedan, dónde están aquellos hombres de altura de miras, capaces de superar su mediocridad. éstos, tan vulnerables en su "irascibilidad", tan simples en su "impulsividad" incapaces de elaborar estrategias "estructurales" más allá de su propia ambición?

Esta mezquindad repercute en la sociedad. nuestra DEMOCRACIA no se sustenta en la eficiencia de sus propias instituciones sino que depende de los partidos políticos, así que la sociedad "bebe estos vendavales" sectoriales.

Después de todo, la "crisis" está dejando ver, todo aquello que la mayoría desconocíamos, y ni sospechábamos, la CIUDADANÍA necesita una formación que no dependa de éstos.... Un vocabulario, una cultura que necesitamos adquirir para garantizarnos la salvaguarda de nuestros derechos y más que "delegar" nuestros votos -nuestro poder-, seamos "supervisores" de nuestra propiedad: NUESTRA CIUDADANÍA ESPAÑOLA. Los partidos deben estar a nuestro servicio y no nosotros a merced de ellos.

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