La Bruja Circe y su discurso
encantado.
Aviso a navegantes aturdidos por el
desencanto y la desafección. (revisión, 26-08-15)
(En
torno al artículo de opinión de MRB en Faro de Vigo, del 4 de marzo de 1983)
Después de leído dicho artículo, pienso en su estilo de
pensamiento, y desde mis conocimientos, aplico el siguiente análisis.
Mariano Rajoy Brey ha llegado donde ha llegado por el arte
del disimulo, por el propósito de no molestar a nadie, contemporizando con unos
y con otros. Pareciendo, convenciendo de que está contigo, cercano, te
comprende; dice estar con la clase media, con los que emprenden, con los que
trabajan duro, con la investigación… Está en todas partes y con todos, con
Camps y con Bárcenas, con Rita y con Fabras, con Rato y con Aznar… ameniza con
todos, aparenta ser del entorno, incluso parece que gana poco, como uno más… Es
un Claudio-emperador, con tics gestuales, habla farfullera corregida con los
años. ¡Pero el chico, parece de los tuyos!
¡Ah, pero no! es clasista, despiadado, inmisericorde. Las
heridas que deja su política en las gentes no le mueven para paliarla. Argumenta
y justifica aplicarse por un bien necesario, por la superación de la crisis,
crisis ocasionada por tanto despilfarro “social”… Aunque los resultados sean
críticos por desiguales, encumbrando mucho a pocos y arruinado totalmente a
muchos. Entonces racionaliza y aflora su selección natural: “no somos iguales”.
Justifica que los ricos lo son por capacidad… capacidad inmoral para consentir
y aplicar la explotación laboral y humana.
Trajinaba, ya hace años, la contabilidad opaca, como las
tarjetas, mientras hablaban de transparencia… Su gobierno demuestra aplicar un
discurso que no es semántico con el entender llano… Realmente usan un discurso
capcioso, con doble intencionalidad, una la expresa, la otra soterrada.
Utilizan un discurso “encantado” que embauca a los “desconcertados y aturdidos”
Retrotrayéndome a 1983, entonces Mariano tendría 28 años, ya
está situado, es registrador de la propiedad, pertenece a una estirpe-casta
económica, el dinero le entra como si nada, y cual terrateniente o senador
romano se dedica a la política, en el sentido literal, al neg-ocio. Es ya
diputado por su comunidad y goza de padrinazgo. Es un chico bueno en el sentido
aparente de la palabra. Pero quiere llamar la atención en el terreno público,
darse a conocer, y lanza su soflama.
Decir, aporta poco. Un solo libro le vale para sostener su
pensamiento. Lo recubre de una ciencia farragosa imprecisa, pero en la que
quiere improntar enjundia y saber. Como si la vida solo admitiera un estilo de
existir, acapara el pensar “de los del siglo VI” antes de Cristo. Con arrebato
apodíctico, y saltándose toda la corriente humanista del Renacimiento, la
Reforma luterana y la Contrarreforma católica, el Enciclopedismo y la
Ilustración, las revoluciones e independencias en países punteros, y el propio
mercantilismo. Se coge a Mendel -y podía haber tomado también a Darwin- para
pontificar, que como guisantes perpetuamos no solo la biología sino la
frenología.
Inviste de dogma una pseudociencia que pretende legitimar la
supremacía de unos hombres-estirpe frente a otros… De esto ya han pasado 32
años. Las personas inteligentes evolucionan porque son capaces de aprender, y
del aprendizaje, recomponer los argumentos y criterios que rigen su comportar.
El pensamiento humano evoluciona a lo largo de la historia, pero también
regresiona. Considerar que el pensamiento humano no compendia la integración de
las experiencias de todos los pueblos es una ofensa a la propia inteligencia.
Simples son sus consideraciones, pero “concluyentes” para su propósito.
Además, también podemos observar que su estilo de pensamiento
no parece haber evolucionado. Sus premisas y postulados se mantienen inalterables
hasta ahora: existe, por naturaleza, gente competente e incompetente. “Ellos”,
incluido su Partido, responden como la supremacía de la élite… Si hay pobres no
es por la injusticia sino por su incompetencia, si maldad, lo es por
degeneración,… Ellos son “elegidos”,
no son corruptos, son inalterables, están llamados a mantener las esencias
patrias… Porque la “igualdad”
descafeína, adocena, nos recluye “iguales en la miseria”, “relaja a cotas
mínimas a los capaces y emprendedores” (por eso él y sus hermanos fueron hechos
funcionarios, que según el modelo liberal que lideran, son nefastos)
En fin, logra hacer un discurso “políticamente correcto” de
“regresión”, amoldado a su auditorio… Un auditorio que hoy goza de su agrado,
porque domina ese discurso ambiguo, ese congraciamiento de tópicos, ese
antigregarismo de quienes muertos de hambre huyeran de la penuria. No quieren
ser como su vecino y quieren ser más, y entonces trepan y emulan formas
camaleónicas para parecer lo que no son, revistiéndose de triunfadores… ¿De
dónde surgen entonces esos votos que sustentan su gobierno? ¿De los muchos
apoltronados y acobardados, confusos e indecisos?
Mariano es lacayo de jefes. Lo fue de Franco, lo fue de Fraga
y ahora de Merkel. Él no tiene ideas, las toma de los que mandan, y cual
cangrejo ermitaño se amolda al cascaron de la caracola de turno. Pero sabe una
cosa: parecer que es de los nuestros, que está a nuestro lado, que nos
comprende, que hay que bajar impuestos, aunque luego los suba, que los
servicios públicos sean de calidad mientras que siegan sus fuentes de
financiación… Las retribuciones, moderadas, mientras sus cargos las revientan
con sueldos desmedidos y pensiones vitalicias…
En fin, por más, Rajoy es la Bruja Circe, y mientras que no
le desenmascaremos seguirá convirtiéndonos en cerdos para que hocemos los
suelos y proporcionemos suculentos jamones a otros, los mejores, los
aristócratas de las finanzas y mercadeos. ¡Que es un farsante!, de tomo y lomo,
pero creído por sus votantes.
Y añadiré algo más:
Versionar una construcción gnoseológica de la mente humana al
campo social, ya lo inició Michel Foucault; de aquí que voy a tomar el
pensamiento de Eric Berne y su interpretación de la dinámica que mantenemos
mediante los “juegos psicológicos”, donde las “estructuras emocionales padre-adulto-niño” condicionan el
comportamiento social e interactivo de cada uno de nosotros. De las estrategias
de juego de estas estructuras de interactividad con nosotros mismos y con
nuestro entorno afloran pautas saludables o dañinas, para uno mismo y para los
demás.
El estilo “padre-niño” es un estilo excluyente y dependiente.
De ese resultado “inmovilista” de: “¡Niño! Comerás huevos, cuando seas padre,
¡MIENTRAS, NO!” ¿QUÉ ES ESO, QUE UN PARIA SE CONSIDERE IGUAL A UN PROHOMBRE,
HIJO DE UNA ESTIRPE DE ABOLENGO… ¡MAL ENCAMINAMOS UNA SOCIEDAD QUE SE FRACTURA
EN CASTAS Y COMPARTIMENTOS “DESIGUALES”… -Como se mantienen entre las Autonomías
de la Comunidades “históricas” y las “administrativas”-… aquí desaparece el
principio de igualdad que DICTA: cada ser humano responde de sus actos por sí y
nunca será “discriminado por razón de nacimiento, poder económico,… “. VEMOS
QUE NO HAY IGUALDAD, NI EQUILIBRIO, SINO DIFERENCIACIÓN Y SELECCIÓN… y estos
esquemas nunca han reforzado una sociedad… porque si tan buenos eran los
“buenos”, ¿por qué el pueblo ha tenido que poner su hacienda para avalar la
deuda “pública” bancaria y estamental? Y, ¿Por qué se incrementa cada vez más
esa deuda soberana que hemos tenido que respaldar estampándola con la propia
Constitución?