Por lo que se demuestran razones ocultas que tras los años acordados afloraran para demostrar que de igual modo que entonces, cuando pasen otros cincuenta o sesenta años, saliendo a la luz los patrones que confeccionan nuestras vestimentas mentales, éstas con las que vestimos nuestros desnudos instintos y revestimos nuestros convencionalismos.
Y dejando el pasado y centrándonos en nuestro presente...
Nuevo
curso, nuevas ilusiones, ¡ingenuos! (así zumban las moscas que no abejas entorno nuestro en estos días de septiembre, ya en tele, en centros comerciales o en conversación con los vecinos)
Si cambiáramos "ilusiones"
por lo que realmente son MAQUINACIONES,
y tras éstas, engaños, ¿con qué nos quedamos? Tras los "cursos", ¿dónde te lleva tu carrera?, y
correr, corres pero sin itinerario. "Los estudios se asemejan" a la
rueda de una jaula para hámsters, para "puro
entretenimiento". Los "itinerarios" puros laberintos, donde en muchas
ocasiones nos encontraremos en calles sin salidas, y quienes trampean saltando
muros... ¿A dónde nos lleva la cultura del esfuerzo, y el espíritu de la transparencia, a dónde?
Para acometer "empresas" hacen falta ESPERANZAS,
pero en la situación actual sólo palpamos "desestructuración e incertidumbre". La inercia, a modo de escaparate
actúa de reclamo induciendo a
reproducir el ciclo...(económico) al igual que un Sísifo, al igual que Prometeo, para seguir vertiendo nuestras
vísceras o nuestras fuerzas....
Mientras escribo esta reflexión
me adormece la poesía de la "nana de la
cebolla" de nuestro oriolano M. Hernández...