“Mi Carta” a Alberto Ruiz Gallardón
Mi querido A.R.G.onauta:
Digo primero querido, porque no es
odio, lo que me mueve a transmitirte lo que pienso y siento. Tus prédicas te
llevan a enarbolar la idea de defensa de los débiles, y en el asunto del “aborto”,
más que en la madre que los parió (como a todos, por cierto), reclamas el derecho de “los no nacidos”, aún sabiendo que “los
angelitos pudieran venir tarados”. Te falta decir: “¡porque Dios así lo quiere!”,
o “¡como dios manda!1”, o porque “todos somos hijos de dios”, pues
permíteme que rechace tal deferencia, y pida me los trates como personas, y
entonces entraremos en el Código Civil y el trato que se debe a los
ciudadanos. Pero, por favor, no me trates como hijo de dios, que ya
sabemos cómo terminó ese al que así llamaron y colgaron por el tema. Trátamelos
como persona física y jurídica.
Y no seamos cortos, estoy harto de “anatomistas
versus fisiologistas”, de quienes diseccionan cadáveres frente al que
trabaja con seres vivos, no me trates el asunto “parcialmente a tu
conveniencia”. Por el campo en el que trabajo, la educación de las personas con
necesidad de atención educativa específica, ando algo sensibilizado con el
trato que reciben, y como los muy afectados terminan recluidos en los Centros Específicos,
de pequeñitos, y de mayores en los Centros para Personas “gravemente afectadas
mentalmente”.
Y como todo este ensamblado, quizás
empezó por una ley como la suya, luego siguió por un servicio
médico deficiente en la atención a la gestación, luego continuo con complicaciones
en el parto mal resueltas (ya sabemos cómo se reparten el pastel que si productividad por no superar
“cesáreas” que encarecen los gastos hospitalarios, porque claro la economía es
la economía, y el control de la crisis cosa seria, no es lo mismo dos que
cuatro días una cama ocupada). Ah, y el tejemaneje de las Empresas Públicas y las Zonas Hospitalarias
Jerarquizadas, al final es ésta última la que se come todos los marrones que se
sacude la “empresa pública”–gestión privada-.
Y yendo con lo que íbamos, como la Educación
Especial –que es
la educación que recibirán los “resultados de esa cristiana ley del aborto”- es
“una educación de príncipes”, -porque sale cara como la Casa Real- por los servicios que
mueven, y pese a los raquíticos salarios, pesan los cupos fiscales en la
libranza de la Hacienda pública- por cierto hasta los momentos presentes, costeada en parte por los
Fondos de Cohesión Europea, “proponéis” una Ley supuesta de “educación”,
que es lo único que tiene, el nombre, con la que iremos seleccionando a los
más capaces2. Su contenido se rige por la instrucción, porque total,
resolver ecuaciones, logaritmos, integrales y derivadas,… en el menor tiempo
posible y con el mínimo de errores. Análisis morfológico y sintáctico,
comentarios de textos literarios e históricos, algo de arte y de filosofía; ¡oh,
se me olvidaba!, la geografía –para que podamos saber dónde ir al sacar los billetes al buscar trabajo-, y los idiomas: inglés, alemán, o indio,
chino, pero el vasco y el catalán “no, que encarece”. Y la santa religión
católica, para que comulguen y traguen con lo que manda la santa madre iglesia,
si quieren “subir” la nota media de “la carrera”, “¡que se jodan!”3.
Como puedes ver podría parecer que
tengo un discurso de izquierdas, pero nada de esto, sólo comento con lógica, si
realmente queréis construir un entramado de servicio público para beneficiar a
los ciudadanos, quizás no deberíamos “privatizar” la justicia, el registro civil,
y desviar la atención ciudadana a los notarios, registradores de la propiedad o
despachos de abogados (Aznar y la “D.L.A. Piper”…) así vuestros hijos no tendrían
ni que hacer oposiciones, las mamarían en la propia casa, luego ponemos a unos
urdangarines como en Telefónica “y en la tierra paz… y en el cielo gloria”).
Voy viendo la vida como un puzzle y
hay piezas que no cuadran, por más que se quiera uno empeñar, no terminan de cuadrar. Poco a poco se os
ve el reguero que vais dejando…
1: 1.- Mariano Rajoy Brey
2: 2.- La Selección Natural de las Especies
3: 3.- Andrea Fabra en el Congreso de Diputados
como cualquier carta, me despido Atentamente,